estadio placentino
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Diario Hoy - Miguel Plaza / Resulta una obviedad decir que la UPP ha comenzado mal la temporada, aunque se pueda establecer un debate con quienes opinan que su juego ha estado por encima de la puntuación obtenida. Sin embargo, la situación en la clasificación es lo que realmente interesa y tres derrotas por un gol han dejado a los unionistas últimos con cero puntos en la tabla.
Los de Quique González todavía no han sido capaces de anotar y esa ausencia de puntería, suerte, calidad o acierto no dejan de ser preocupante después de quedarse solos como el único equipo que todavía no ha estrenado su casillero. Generar más fútbol de ataque y, sobre todo, afinar de cara al marco contrario, es una de las cuestiones en las que deberá incidir Enrique González durante la semana, con el objetivo de tener más argumentos para poder conseguir en el Francisco de la Hera, el domingo a las 18:00 horas, los primeros puntos de la temporada. “Hemos hecho diez tiros a portería, cinco de ellos entre los tres palos. Tirar diez veces a puerta con opción de hacer mucho peligro es positivo. Lo que hace falta ahora es meterla, claro”, reconocía el técnico placentino Quique González al acabar el partido ante el Mérida.
El problema, en primer lugar, puede que sea de fondo porque al equipo se le ve falto de potencial con una plantilla tan limitada. No admite dudas que está todavía por hacerse, pero también se puede decir que un puesto en el once se cotiza muy barato. La mayoría de los jugadores tienen el lugar garantizado con sólo 16 licencias, que puede que no sean suficientes, más si cabe cuando en varias demarcaciones no existen recambios, que a la postre son carencias y desequilibrios. En la delantera, por ejemplo, no se discute a Luismi, el único delantero, pero tampoco queda claro si debe jugar sólo o acompañado y preocupa especialmente encontrar su mejor versión clave durante los últimos cuatro años, por lo que González sabe que recuperar su olfato es para sus intereses fundamental, como también lo es de Sergio Sánchez, quien ya se ha movido por todos los flancos del ataque sin éxito. “Sigo mirando, sigo buscando y sigo necesitando algunos jugadores en algunos puestos específicos, pero ya sabemos las carencias económicas que tiene el club y nos tendremos que adaptar también a eso”, dice Quique González al reconocer que hay urgencias de un hombre por banda derecha y otro en el centro del campo.
Aunque tampoco es que se fallen demasiadas ocasiones, ya que la cuestión también radica en la escasa creación con un centro del campo donde hay un vacío enorme sin mediocampista de perfil organizador tras la retirada de Javi Bravo que se complemente con Berto y Valenzuela, pivotes defensivos que prestan pulmón y disciplina, pero muy lejos de ajustarse al prototipo de futbolista con facilidad para desequilibrar y dar el último pase que pueda alimentar a la delantera.
A pesar de las malas estadísticas, desde el club se lanza un mensaje de tranquilidad justificando el balance con la dureza del calendario pero mal hace el entorno en agarrarse a este argumento para espantar el problema de un equipo que por momentos amaga con funcionar, como en la primera media hora y al inicio del segundo tiempo del último domingo, aunque escaseen las apariciones del cuarteto destinado a sacar del área a la defensa rival, donde las permutas entre Luis Delgado, Sergio Sánchez y Aitor Mazo, y con posterioridad de Caballero, apenas crearon problemas a una zaga emeritense que se quitó de encima con facilidad la ofensiva placentina.
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